Hacia 1840 las mujeres meridanas leían y comerciaban libros prohibidos. Melchor Campos publica un estudio sobre ello

Por Rafael Gómez Chi

Por ahí de 1840 Dolores Rivas Peón tuvo en Mérida un establecimiento que “vendía ropa fina europea para vestir a la mujer meridana y libros de autores franceses para un tipo de mujer elegante e ilustrada”.

¿Qué libros eran esos? Eran obras de Voltaire, Madame de Staël y Frédéric Soulié, entre otras, las cuales estaban prohibidas por la Iglesia Católica de aquel siglo, pero que fueron comercializadas por mujeres meridanas en sus tiendas de lencerías durante esa década.

El historiador Melchor Campos García ha publicado “Libros, librerías y bibliotecas. La secularización de las lecturas en Yucatán”.

En la obra, editada por la Universidad Autónoma de Yucatán, Campos García menciona que las mujeres meridanas comerciaban “Memorias del diablo”, de Soulié, en la cual se representa a un satán diferente, satírico, ameno y divertido que rompía el modelo de los relatos de la Iglesia y la Inquisición, que lo representaban como una figura terrorífica y atemorizante para la conducción de las personas.

El historiador analizó el conjunto de títulos comercializados en Mérida y Campeche durante el periodo que estudió, y describe la composición temática de las ofertas en comercios, imprentas y librerías.

Además, narra la integración de las primeras bibliotecas y gabinetes de lectura, como espacios civiles de acceso al libro.

En “Libros, librerías y bibliotecas” se describen varias bibliotecas particulares, incluyendo de personajes destacados en la vida cultural, económica y política de la época.

Destaca el descubrimiento de las bibliotecas de dos masones: Manuel García Sosa y José Miguel Espadas, en las que se identificaron libros del Rito Yorquino, el cual se basa en las enseñanzas de la masonería simbólica que se practicaban a principio del año 1700.

En la biblioteca de Espadas el historiador localizó libros anabaptistas, que indican la presencia del protestantismo en Yucatán hacia mediados del siglo XIX.

La obra de Campos García contiene el estudio de los repertorios temáticos y se valoran contenidos que causaron controversia en la época, pero que aportaron nuevas visiones del mundo y de sectores marginados de la sociedad, valores y modelos constructores de nuevas subjetividades.

Es así que concluye con que la promoción de la lectura entre las mujeres yucatecas surgió desde 1800, pero en la obra se muestra la ruptura del esquema tradicional de mujer consumidora de obras menores de carácter religioso.

También repasa contenidos de la época que promovían la importancia de conservar los valores tradicionales y religiosos para sostener al Estado, la sociedad y la familia.   

“Libros, librerías y bibliotecas. La secularización de las lecturas en Yucatán” se puede conseguir en la Librería Universitaria de la UADY. Para más información y solicitudes de compra se cuenta con la página de Facebook “Librería UADY”.