Por Rafael Gómez Chi
Jorge Carlos Ramírez Marín levantó el pulgar hacia arriba y la prensa aprisionó con sus cámaras el momento. María Elena hizo lo mismo, acurrucándose en su regazo. En las miradas de los dos se advertía una felicidad que hacia tiempo no tenían los priístas.
—Me da mucho gusto saludarles. Muchas gracias, muchas gracias —repetía Jorge Carlos, “El Gordo” para los amigos, arropado por la prensa. El cronista, repantigado en un sillón a causa del sofocante calor, observaba aquel tumulto como hacía mucho no se veía. “Maare esto se parece a los viejos tiempos”, comentaría, de cerca, un colega periodista.
En el momento del registro de Jorge Carlos como candidato del PRI a Presidente Municipal de Mérida, la pandemia parecía no existir en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana dada la concentración de los periodistas. Fue tal la asistencia, que el aspirante entró a hacer su registro por la puerta del costado, la que usan los consejeros, a fin de facilitarle el acceso.
Sonrisas por aquí, allá y acullá. Poses que exigen evitar el desfallecimiento y naturalidad al momento al declarar.
—Llego con unos cuantos kilos de peso menos, con energía renovada, con un post Covid-19 que afortunadamente me trata muy bien y con todo el ánimo de presentar la Mérida que yo quiero y que espero que en esto coincidan los ciudadanos.
Para Ramírez Marín, “el trabajo que viene es una gran campaña de propuestas para hacer Mérida más de todos, más igualitaria, más moderna, que sea mejor. Vamos en unidad —dijo.
Admitió que el PRI tiene “serios problemas con la inconformidad” de muchos que ya eran candidatos pero que por cuestiones de género debieron dar paso a mujeres, que el presidente del partido, Francisco Torres Rivas, los está atendiendo porque son prioritarios y no están fáciles.
—Creo que tenemos que ser muy creativos, hay que darle espacio a la gente, ella nos va a decir cómo quiere las propuestas, hay que hacer de todo una parte de lo tradicional y otro de lo nuevo —agregó.
Ramírez Marín dijo que solicitará licencia como senador de la República en la próxima sesión ordinaria y opinó que los nuevos partidos “representan una nueva alternativa para los ciudadanos” que aunque “le quitan a los partidos grandes, no solo al PRI, pero bueno, tenemos que apostarle a que cada día haya más opciones y que analicen a las personas, creo que nos vamos alejando de los tiempos de los partidos, y nos vamos acercando a una nueva forma de política”.
—Sin duda será una campaña de propuestas, es el reto más grande que me enfrentado para mí, he ido a campañas para otros, pero hoy voy a pedir por la ciudad que quiero. No dependemos ni del gobierno municipal ni estatal. Hemos tenido el gobierno estatal y hemos visto como los ciudadanos se imponen a cualquier intento de comprar los votos —subrayó.
Ramirez Marín empezó el día muy temprano, con un mensaje desde la Concha Acústica del Parque de Las Américas, donde puntualizó que desde ese sitio se refleja la Mérida que “debemos dejarle a las próximas generaciones”, porque no se trata de un chan parque, sino de una visión dedicada a todos los países de la América Hispana, a todos los países del continente americano.
—Cada una de estas estelas lleva el nombre de un país, así se veían los yucatecos de esta época. No haciendo obras para salir del paso, no haciendo obras para llenar presupuestos, se veían haciendo obras que perdurarán posiblemente al paso de los siglos, posiblemente de esta que ya ha contemplado dos: el siglo XX y el siglo XXI.
—Y por esta ciudad es la que debemos trabajar todos los días, no para conservar solamente su limpieza o su belleza original, sino para conservar su esencia. Para conservar el alma de Mérida, esa debe ser nuestra búsqueda, el alma de Mérida. Que está, no detrás de cada una de estas piedras, sino en el ánimo, el espíritu de quienes un día se la imaginaron y la vieron así: una gran ciudad para todos.
Recordó sus años juveniles, cuando los grupos universitarios ocupaban los parques de Mérida porque no tenía ningún caso exhibir de que clase social eras, dónde habíamos estudiado. “Algunos venían del CUM, otros de la Modelo, otros más éramos de la Uady, pero siempre nos vimos igual. Hacíamos actividades al mismo tiempo y pensábamos en el mismo objetivo que era, en aquel entonces, de la conquista de las actividades universitarias”.
—Esta es nuestra ciudad. Pero hoy no se puede reconocer igual, porque hoy si cuenta de dónde eres. Cuenta más de dónde naciste, cuenta mucho más dónde estás estudiando y quizá, por los años que tengo dedicado a crear consenso como presidente del Congreso de la Unión, dos veces, como secretario de una secretaría que tenía en su papel, precisamente, los conflictos agrarios.
Y señaló que después de tantos años de poner de acuerdo a la gente, no entiendo por qué esta Mérida tiene que ser cada vez una Mérida que viva una brecha que la separa y la separa y la separa cada vez más. No entiendo por qué la principal actividad de la autoridad municipal, la principal autoridad del gobierno no es unir la ciudad en lugar de separarlas.
—Feministas contra antifeministas, automovilistas contra ciclistas, los que quieren pasar por debajo de una vía pública y los que quieren pasar por arriba. Y la más grave de todas, posiblemente, los de afuera y los de aquí.
—Si esto hubiera sido antes, hoy no comeríamos kibis en cualquier parte de la ciudad, en vitrinas, no se venderían afuera de las escuelas, o no hubiera habido imprenta, o no hubiera habido tantas cosas que se han integrado a nuestra forma de hablar, a nuestra forma de vestir, a nuestra forma de ver las cosas, a nuestro paladar, que se han integrado a nuestro modo de vivir.
Jorge Carlos apuntó que se trata de regresar al alma y la esencia de la Mérida que es de todos y nos pertenece a todos y nos identifica a todos y nos enorgullece a todos: la Mérida que nos inspira, la Mérida que nos transforma, la Mérida que nos cambia.