La legalización de la marihuana en México dejará de perpetuar estigmas hacia los usuarios

Por Luis Hevia Canto

En los próximos días se debe legalizar el uso personal de la marihuana en México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió que la prohibición de la planta contravenía lo establecido en la Carta Magna, e instruyó al Poder Legislativo a modificar las leyes para garantizar el derecho. Después de prorrogar la discusión por casi dos años, todo indica que la Cámara Alta está por abordar el tema. El problema es que las iniciativas presentadas perpetúan estigmas en contra de los usuarios. No obstante, existen esfuerzos civiles encaminados a educar a los legisladores sobre este tema tan importante para el país.

En octubre del 2018 la SCJN emitió dos sentencias a favor de uso recreativo del cannabis con lo cual consolidó la jurisprudencia que habrían de acatar tribunales y juzgados en todo el país. Esto no significó una legalización, pero les permitió a los mexicanos tramitar permisos para el uso, cultivo y posesión de la planta. Es importante subrayar que no se autorizó la comercialización ni el intercambio de la sustancia, y las disposiciones aplican únicamente a mayores de edad.

Los ministros de la Primera Sala coincidieron en dos razonamientos. Primero, la prohibición de la marihuana contravenía el derecho al libre desarrollo de la personalidad, establecido en el artículo 19 de la Constitución. En segundo lugar, concordaron en que la planta genera daños en la salud de los consumidores, pero al analizar las medidas dispuestas para regular otras drogas legales de consecuencias similares, como alcohol o cigarros, concluyeron que la prohibición no era equiparable a los efectos causados.

Una vez asentada la jurisprudencia y señalados los preceptos normativos que violentaban la Carta Magna, la Suprema Corte instruyó al Senado a legislar al respecto. En un principio, la Cámara Alta debía encausar la ley antes del 31 de octubre del 2019, pero luego de dos prórrogas los senadores tendrán hasta el 15 de diciembre de este año.

Mientras se llevan a cabo los procesos legislativos correspondientes para la regulación generalizada, el interesado en hacer uso de la planta legalmente tendrá que hacer una solicitud ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), donde recibirá una negativa en su primera petición. Posteriormente, deberá recurrir al juicio de amparo y, si estuviesen correctamente planteados los argumentos, el juzgador tendrá la obligación de resolver a su favor.

Ahora bien, se han presentado algunas propuestas en el Senado, pero en vez enfocarse a garantizar derechos se abocan a regular el mercado. Si bien, marcar las pautas para la comercialización de la planta es indispensable, darle prioridad sobre las garantías individuales propicia limitaciones innecesarias en contra de los usuarios. Limitan la posesión y el autocultivo, además que exigen a los fumadores registrarse ante un centro nacional.

Otra deficiencia que vale la pena señalar es la utilización del término “uso lúdico o recreativo”, pues ya no es vigente. El término correcto es “uso personal” ya que quienes consumen marihuana no lo hacen exclusivamente por fiesta o diversión, hay quienes la utilizan en un contexto medicinal, gastronómico o incluso terapéutico.

Estas medidas y conceptos perpetúan prejuicios propios de la política prohibicionista ya desestimada por la Corte, pues relega a los usuarios de cannabis a ciudadanos de segunda. Afortunadamente, existen organizaciones sociales cuya misión es la difusión de información respecto al tema y la lucha por la garantía de las libertades. De estos, probablemente el más importante sea el Movimiento Cannábico Mexicano, el cual a principios de febrero instaló a las afueras del Senado el Plantón 420, el primer cultivo legal de marihuana en México desde hace un siglo.

Por si tenían la duda… Sí, este es uno de los únicos lugares en el país, si no es que el único, en donde se puede “echar el toque” en la vía pública sin repercusión legal alguna. Lo único que deben tener en consideración quienes deseen acudir son los horarios de consumo y las reglas de sana distancia por la pandemia.

No ha sido un trabajo sencillo, pues por 9 meses la organización ha tenido que custodiar el cultivo todos los días a todas horas. Sin embargo, ha sido un esfuerzo fructífero pues usan este espacio para concientizar a las personas sobre el uso de la planta, dialogar con los legisladores que acuden al recinto e incluso han impartido talleres a algunos policías sobre cómo procurar los derechos de los usuarios de la planta.

El pasado 4 de noviembre organizaron una manifestación a la cual denominaron “Fumatón” y reunieron a cientos de mexicanos. En esta llevaron a cabo actividades y marchas para exigirle a los senadores que legislen primero los derechos de las personas y luego la industria.

Presentaron cuatro demandas específicas, las cuales son: permitir el cultivo personal y asociado sin fines de lucro, no limitar ni penalizar la posesión, establecer áreas de consumo como existe con los usuarios de tabaco y garantizar el trato digno a los consumidores. Todas estas convergen en la exigencia de un marco normativo que no discrimine a los usuarios de la planta.

Argumentos a favor de la legalización de la marihuana hay muchos, pero ya no es tiempo de discutirlos, al menos en nuestras instituciones de gobierno. El órgano encargado de interpretar la Constitución ya estableció que la prohibición del cannabis contraviene preceptos sobre los cuales se asienta nuestro Estado democrático. Independientemente de si consumen o no la planta, todos los mexicanos deberían abogar por su correcta regulación, pues en un sistema donde los derechos están sujetos a la opinión de los gobernantes, nadie está exento a ser tratado como ciudadano de segunda.