Custodios del INAH prohiben entrada a influencers el pasado domingo; poco a poco se recupera el turismo en las Z.A.

Por Rafael Gómez Chi

—Aquí no los dejamos pasar —aseguró aquel custodio del Instituto Nacional de Antropología e Historia que franqueaba el acceso a la zona arqueológica de Chichén Itzá.

—¿No les dieron entrada a los influencers? —ripostó el cronista con bastante incredulidad.

—No. Luego de lo que pasó en Uxmal el sábado, el domingo no los dejamos entrar. Ni siquiera pasaron al estacionamiento porque, pues, nosotros tenemos contactos con los compañeros de las otras zonas y ya sabíamos de lo groseros que se ponen esas gentes.

La conversación era escuchada por otras personas y otros custodios que no desmintieron al que hablaba con el cronista y un colega la mañana de este miércoles, cuando viajaron a Chichén Itzá para grabar un programa para las redes sociales.

Vino a colación el tema, porque los custodios del INAH fueron muy firmes con los periodistas, advirtiendo que tras lo ocurrido con los influencers en Uxmal y en otros lugares, no iban a permitir que se sigan cometiendo esos yerros.

Es más, dijeron que el martes tuvieron un roce con otros personajes yucatecos, a los que sí dejaron pasar, “pero en calidad de turistas y cuando se pusieron a grabar, les dijimos que para eso se requiere un permiso, ante lo cual se enojaron”.

—Si vienen como turistas, adelante; pero si vienen a grabar programas como medios de comunicación, hay que tramitar los permisos días antes —reiteró el custodio y ratificó, de nuevo, que a los influencers no se les permitió entrar a Chichén Itzá.

Salvados los permisos para el cronista y su colega, entraron a la zona arqueológica acompañados por una persona empleada del Patronato Cultur, a fin de que pudiera verificar que, en efecto, se iba a grabar un programa y se iban a cumplir con las normas de prevención ante el Covid-19, como el uso de gel antibacterial, la medición de la temperatura corporal y la sana distancia.

El césped de la explanada de la Pirámide de Kukulcán lucía como una alfombra inmaculada. Han sido seis meses sin los miles de turistas que recorren a diario la zona. El verde del pasto, los tonos grisáceos de los vestigios y el azul del cielo formaban una combinación que elevaba cualquier fotografía a una especie de lienzo artístico.

Los comunicadores grabaron su programa a los pies del Templo de los Guerreros, conocido más popularmente como el Templo de las mil columnas. Luego conversaron con los artesanos que estaban cerca sobre las ventas.

—¿Cuánto han vendido en la primera semana? Un promedio.

—Quizá 700, tal vez un poquito más… Pero nada como antes de eso.

—Bueno pero de 700 pesos a nada…

—Tienes razón. Estamos dando buenos precios y a la segunda vuelta los mejoramos —dijo uno de ellos.

—¿Son cómicos? —inquirió una vendedora.

—¡Qué pasó, seño!

—Es que los vi grabando…

—Somos periodistas y estamos haciendo un programa.

Rumbo al cenote sagrado, a los costados del saché sólo se escucha el famoso llévelo, llévelo de los venteros de artesanías. Una mirada rápida al cenote sagrado y de vuelta al Parador Turístico, donde antes de salir, los periodistas se toparon con el director del Patronato de las Unidades Culturales y Turísticas (Cultur), Mauricio Díaz Montalvo, quien dijo que de lunes a sábado entraron a la zona un promedio de mil 200 visitantes desde la reapertura pero el pasado domingo se contabilizaron 2,901.

—El domingo la mayoría es turismo nacional y entre semana está surtido. Sí han venido yucatecos, el sábado había muchas familias. Para entrar el yucateco paga 80 pesos, el mexicano 210, y el extranjero 489. Los domingos todos los connacionales tienen el acceso gratuito.

En general ha estado un poco bajo el turismo en otras zonas arqueológicas, en Uxmal el promedio diario es de 150 personas, en Ek Balam de 70 a 80 y Dzibilchaltún de 30 a 40.

Desde la apertura la semana pasada hasta antier, lunes, “nos visitaron en Chichén 10 mil 165 personas; en Uxmal 2,933; en Dzibilchaltún 873 y en Ek Balam 1,164. En total, en los 15 centros de Cultur, de que se reabrió han acudido 22 mil 304 personas; evidentemente, el 50 por ciento ha sido en Chichén Itzá”.