La basura, ¿por qué no hemos aprendido a reutilizar?

Les presentamos la segunda parte del reportaje sobre la basura. No hemos sabido aprovechar los desechos que incluso pueden servir para la generación de energía eléctrica y así pagar menos por ella

Por Mayra Vences

Mérida, Yucatán, 22 de marzo de 2024.- Toda actividad humana genera residuos y los residuos, dinero. En 2022, el Foro Económico Mundial estimó que la economía circular generaría una derrama de 4.5 billones de dólares al año, equivalente a cuatro veces el PIB de México, al mismo tiempo que reduciría el 50% de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global y 90% de los factores que inciden en la pérdida de biodiversidad.

El Investigador de la Unidad de Materiales del Centro de Investigación Científica de Yucatán, Gonzálo Canché Escamilla, comenta que prácticas como reducir el consumo de productos, reutilizar un envase como macetero y reciclar materiales para desarrollar un artículo con valor agregado, contribuyen a la salud humana, planetaria y económica.

“Ese residuo yo lo puedo transformar con las diferentes metodologías y técnicas que se han ido desarrollando, puedo generar un producto e incorporar este residuo en lo que llamamos economía circular que es cuando se trata de darle un tiempo de vida más largo a un producto para que sea menos contaminante”. Canché Escamilla también hizo hincapié en la importancia de que esta transformación sea amigable con el medio ambiente.

Tal es el caso de los residuos pet, que la estrategia del Gobierno del Estado y la comuna meridana pretenden reutilizar para disminuir de mil a solo 300 toneladas que ingresan diariamente al relleno sanitario de Mérida, en el que se está haciendo una celda para extender su vida útil hasta por lo menos 20 años.

José Enrique Collado Soberanis, director de los Servicios Públicos Municipales de Mérida, explicó que la pandemia y la iniciativa de reforma a la Ley Eléctrica que la federación trató de impulsar hace unos años, pausó algunos de los proyectos de generación de energía por medio de lixiviados, mismos que podrían hacer luz próximamente.

“Veremos si hay la factibilidad de que se haga ese proyecto de generar energía eléctrica vía todo el carbono que hay ahí, todo el metano que tengamos para poder sacarlo, eso lo tiene el relleno Sanitario de Querétaro que también lo maneja Veolia, pero hacia el futuro, ese va a ser el siguiente paso”.

El potencial energético no es exclusivo de los lixiviados. El catedrático de la Universidad Autónoma Nacional de México, Abel Clemente Reyes, asevera que los propios residuos sólidos urbanos representan una derrama económica de 14 mil millones de dólares y la producción de cerca de 7 mil megawatts de energía, de modo que se garantizaría el derecho humano al agua potable y saneamiento, además de coadyuvar al combate de la pobreza energética en la que, según la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, viven el 36.7% de los hogares en México, es decir, son 46.6 millones de personas las que no tienen acceso pleno a energéticos de calidad, como combustibles o electricidad.

“Casi todos los servicios urbanos están muy centralizados alrededor de Mérida, pero hay muchas regiones en las cuales no hay nada, pero hay gente y si hay gente, hay consumo de alimentos, hay uso de agua, hay también necesidades de salud y eso conlleva de regreso al mundo de los residuos, imagínese poder gestionar de esa manera adecuada: resuelvo el problema social, resuelvo el problema del agua, resuelvo el problema energético”.

Pese a que los residuos sólidos urbanos son los más comunes, el también Presidente de la Asociación Mexicana de Biomasa y Biogás, A.C., expone que los residuos peligrosos biológico – infecciosos también representan un riesgo y su inadecuado manejo llevaría a la propagación de enfermedades, mutación de microorganismos y severas afectaciones a los servicios ambientales de los ecosistemas.

Los residuos peligrosos biológico – infecciosos, se refieren a desechos orgánicos, tóxicos, materiales  y muestras, entre otros que se originan en laboratorios, hospitales, centros de investigación y veterinarias, los cuales generan hasta 20 toneladas mensuales en Yucatán, informó el biólogo Carlos Alberto Santiago Ruiz, director ambiental de Ciclo Corporativo.

Tomando en cuenta la apuesta de las autoridades y otras organizaciones por la sustentabilidad ¿por qué aún hay un porcentaje de la ciudadanía que no hace su parte?¿Son conscientes estas personas del daño que le hacen al planeta -y a sí mismos- al tirar la basura al aire libre?

Por fortuna, cada día son más las personas que optan por prácticas que buscan disminuir el consumismo y su generación de residuos y alargar la vida útil de los productos. Tal es el caso de “Círculo de Regalos”, un grupo en Facebook con más de 30 mil miembros creado en 2019 por Mariel Kuri Auais, en el que se promueven las economías circular y de regalo.

“Como comunidad nos enfocamos en reducir el consumo, redistribuir, reparar y reprocesar porque hay muchas cosas que se entregan que no funcionan, pero hay otra persona que sabe reparar eso y dice yo lo quiero y lo uso”.

Estas dinámicas horizontales que impulsan relaciones económicas justas con transacciones comerciales sin dinero, permite que las personas practiquen el desprendimiento que puede volverles potenciales acumuladores. Para participar se tienen dos opciones: ofrecer o solicitar un producto; en ambos casos se entrega “a la persona que más te haga click”, es así como llegó un disco de vinil de Glenn Miller a las manos de Mariel, un regalo de la señora Leticia Llanes Vargas.

Se puede ofrecer cualquier objeto legal: comida, plantas, libros, electrodomésticos, muebles, ropa, antigüedades, decoración, restos de material de construcción, retazos de tela, glucómetros, cosas para bebés, bicicletas, motos y hasta automóviles; todo excepto medicamentos.

“Las cosas que usamos no tienen que tener la misma función ni la misma forma para poder seguir con vida, por lo que promovemos que el residuo de una persona puede ser materia prima para otra”. 

Añadiría que también puede ser el sustento de demás personas, pues no podemos olvidar a quienes se dedican a pepenar y recolectar basura, a veces en la clandestinidad o condiciones insalubres que ponen en riesgo su salud y la de sus familias, por lo que es ineludible que se mejoren las condiciones laborales de este sector.

No obstante, el manejo de residuos es una responsabilidad extendida que compete a gobierno, industrias y ciudadanía por igual. El desarrollo socioeconómico está intrínsecamente ligado a la cantidad y calidad de los recursos naturales ¿qué haremos cuando llegue el día cero? Pensar en sus consecuencias nos remonta a alguna película de ciencia ficción en la que la humanidad se enfrenta bélicamente por su supervivencia, pero no es necesario llegar a tal extremo.

¿Estamos a tiempo? No hay nada que lo asegure, pero cambiar los modelos de consumo, aunado a la transición energética y a un adecuado aprovechamiento de los residuos, pueden disminuir el proceso del calentamiento global.

Migrar a una economía circular en el presente, no nos exime de actuar respecto a los residuos futuros, por lo que deben crearse protocolos que especifiquen la trazabilidad que tendrían los desechos de tecnologías como vehículos eléctricos o paneles solares.

Podemos empezar con pasos chiquitos, esos que nos permitan disfrutar de nuestras áreas verdes libres de focos de infección, seguros para nuestra salud y la de nuestros lomitos.