Morena Yucatán: Sin Camino, sin un centavo, pero unido

Por Mitsuo Téyer Mercado

La vieja máxima es vigente: el que se mueve no sale en la foto. En la imagen que nos regaló el Face hace unos días, se observan ciertas situaciones que ameritan una reflexión para intentar comprender lo que pasa en el Movimiento de Regeneración Nacional a nivel local, porque en lo nacional, sólo entiende a un solo hombre. Digo intentar porque a veces ni los morenos se comprenden a sí mismos. Bajo el pretexto de festejar a Rogerio Castro, el diputado electo Rafael Echazarreta -y el más estudiado de la bancada- hizo su respectiva maniobra de unidad, muy al estilo Morena.

Huacho regresó a la arena pública… Bien dicen que a la fiesta que no te inviten, no vayas, y aunque lleva demasiado tiempo en este negocio, Díaz Mena pareciera no entenderlo. Eso le ocurrió en el pasado proceso del 6 de junio y bajo el pretexto de la veda electoral su ausencia fue notoria. Y es lógico. ¿Por qué el súper delegado iba a estar doblegado ante las formas muy particulares de Ovidio Peralta y la Senadora Camino?

Ahora regresa fuerte y sonriente. Concertador y al centro de la mesa, al lado de su correligionario Mario Mex, aparentemente más dispuesto a mediar que a luchar.

En estos abrazos y no balazos, hay un punto que llama la atención: el evidente trabajo político de Kathia Meave es que, se sabe, tiene la confianza del presidente López Obrador. Lo que se ve, no se juzga, los morenistas yucatecos le tienen más confianza a la nativa de Campeche, que a la oriunda de Tizimín.

Y es que en el festejo estuvieron tirios, troyanos y rolandistas unidos bajo un mismo techo. La aparición de los Castillo Ruz como abiertamente morenistas, así como otros cuadros ex panistas obliga a la pregunta ¿Por qué no se invitó a Verónica Camino y a su equipo, en el que se encuentran las regidurías plurinominales del municipio de Mérida?

La respuesta entre líneas es clarísima: en este grupo y en esta dirigencia (presidida aún por Mario Mex) tratamos con quién sea, sin importar su pasado político, como Jéssica Saiden, pero sin imposiciones, de igual a igual. Bueno, hasta la infiltrada a la reunión Naomi Peniche, colaboradora de la senadora, tuvo cabida.

Los morenistas de cepa consideran esta unión necesaria para tener una opción viable en la contienda del 2024. Quieren “hacer historia”, pero no como la de Mérida en las elecciones pasadas con un tercer lugar, situación que muchas y muchos aún no entienden ¿No qué los números y las encuestas debían hablar? Bueno, sí hablaron, y muy fuerte.

En Morena no hay espacio para el grupo de la senadora Camino y si bien es un activo a nivel nacional, es meramente por su posición actual y no por su capacidad de concertación y oficio político.

Falta mucho para el 2024; sin embargo, los juegos de poder y la batalla a la gubernatura ya dieron inicio y los morenistas de Yucatán lo saben, aunque pareciera que el grupo del Senado sigue perdido en la elección de este año. La soberbia en la derrota es terquedad y si se continúa por ese camino, la división tendrá otro nombre: locura política.