Conchi Ruiz aspira a seguir sirviendo a la gente

Es la precandidata de Movimiento Ciudadano a diputada por el VIII Distrito local con sede en Umán

Por Rafael Gómez Chi

La historia de Maria Conchita Ruiz Huchín no ha sido nada fácil. Ni en la vida ni en la política se ha salvado del bullying, pero frente al cronista, con el que conversa en una mesa del restaurante de su familia, en Umán, sonríe como si nada, decidida a ganarse a los ciudadanos que habitan en el VIII Distrito local, al que aspira representar por Movimiento Ciudadano.

Conchi Ruiz cuenta su historia sin pena ni arrebatos de ninguna clase. Habla de sus orígenes priístas, de por qué permaneció como juez oficial del Registro Civil en Umán y de cómo llegó a Movimiento Ciudadano y cuando lo hace parece que te cuenta una película

El Distrito VIII local comprende los municipios de Umán, Chocholá, Abalá, Hunucmá, Tetiz, Kinchil, Samahil, Kopomá, Ucú y Celestún y ella los enumera como si los conociera de toda la vida.

—Ya caminé todo. Desde diciembre hemos estado visitando a los sectores y ha sido muy bonito, porque son diferentes. Tenemos desde la parte del tema de la pesca, con Sisal y Celestún; la parte turística de cenotes con Abalá y Chocholá, la zona industrial de Umán, Hunucmá y Ucú que cada vez crecen.

Viste mezclilla y una blusa naranja. No precisa de maquillaje y lleva el cabello suelto. Ofrece café al periodista, al que saludó con una naturalidad que pareciera que fueran amigos de toda la vida.

—En Samahil hay el tema de la agricultura. De modo que es muy variada la región, con mucho potencial, pero creo que se puede, hay artesanos, emprendimientos.

—¿Qué te dice la gente?

—Primero, que nunca ha habido una mujer en el octavo local, creo que soy la primera. Y segunda, están muy lastimados porque los diputados nunca regresan, les llaman las estrellitas fugaces porque solo en campaña los ven. La gente que se pueden crear enlaces, darles información de programas, pero les hace falta acompañamiento. Y muchos no saben la verdadera función de los diputados, se enfocan al ayuntamiento.

Antes de que prosiga el periodista aclara su nombre.

—¿Eres Concepción?

—¡Noooo! La gente siempre se confunde y mi nombre es así, María Conchita, y el Huchín es con ene, aunque el de mi mamá sea con eme. Todo un relajo —corrige, pero a diferencia de quien pudiera enojarse por el yerro, a ella le hace gracia. Y continúa:

—Muchos del distrito no están conscientes de lo que es un legislador y recalco la importancia de por qué analizar a los que buscan la confianza de cada ciudadano.

—¿Y tú como te sientes?

—Tengo un super reto que es demostrar que los diputados podemos regresar, a lo mejor no los siete días pero sí volver y supervisar que los programas se den de manera adecuada. Y demostrar la otra parte que creo que es la que más me deja tarea: que las mujeres podemos hacer el trabajo y tenemos palabra

—¿Crees que sea una moda esto de las mujeres?

—Los de la tercera edad, con raíces antiguas lo ven tal vez así, pero hoy los jóvenes, empresarios, profesionistas, lo ven como un tema de que sí es importante la confianza para las mujeres. En lo personal, desde hace años en la política llevo haciendo tareas que me dieron y desde el inicio uno de los retos es demostrar que sabíamos gestionar, cómo ayudar a la gente.

—¿Por que te interesó la política?

—Primero no pensaba en el tema porque tenía cosas familiares. A mi papá en que lo buscaron cuando iba a ir el doctor Raúl (en la alcaldía de Umán), dijo que no, porque con Minerva Rodríguez perdió todo, se quedó sin nada, y mi mamá ya traía el chip de que por la política lo pierdes todo. De manera que mi entrada fue en Mérida y fue por moda. Nos tocó ser parte del Rolo Bus. Y cuando gana Rolando Zapata Bello la Gubernatura, a la mayoría de ese grupo le dieron puestos y yo dije que no quería saber nada, que me apoyen en la gestión de la licencia para abrir Las Conchitas en Francisco de Montejo. Pero pasa un año y llegan las reformas fiscales y me suben la renta al doble, de modo que cierro y regreso a Umán, meto papeles al gobierno y quedo en el Registro Civil.

Narró que de pronto la buscaron para ser la Secretaria General del PRI en Umán y cuando se lo explican, ella lo ve como un medio de ayudar a la gente. “Empecé a pensar cómo podíamos cambiar lo que se decía de la política. Cuando entro las secretarias no fungían un papel, eran adorno, cuando entré dije que tenía que hacer la diferencia, que las mujeres podemos ir a la par, hacer gestiones. Conseguimos programas que la gente no sabe como llegar a ellos y hasta cuatro kilómetros de carreteras que se dividieron en varios lugares de las comisarías y de Umán”.

—Logré muchas gestiones con el tema político y para marcar la diferencia dije que hay que mantener que la estructura esté atendida en tiempos no electorales. Me traía a los comisarios y les preguntaba como ayudarlos. Gestioné actas gratuitas en el Registro Civil; lo de la bodas gratuitas era un reto, si en un año lograba cinco, al siguiente 15, iba volanteando en las comisarías haciendo perifoneo para que la gente se case.

Conchita Ruiz dijo que si bien le cruzó en la mente la idea de ser alcaldesa de Umán, siempre tuvo claro que no iba a alzar la mano para buscar una Regiduría porque la ciudad necesitaba de un proyecto.

—Y en la campaña de Chepo (José Castillo Ruz) fui a levantar la mano y me dijeron que estaba muy joven. Sin embargo, en las encuestas aparece mi nombre no porque sea aspirante, sino porque había ayudado a mucha gente. Mi corazón era tricolor pero no había colores a la hora de ayudar.

Llegó a ser consejera nacional, estatal y municipal en el PRI y además logró ser juez oficial del Registro Civil. Por si fuera poco, tuvo su proceso de aprendizaje en el restaurante.

—¿Sabes cocinar un pulpo?

—Aprendí a cocer pulpo y hasta cortar un tomate, tuve que salir a atender, a dar la bienvenida a los clientes y después me dan la contabilidad del negocio y hasta que a mi papá le detectan un tumor, me soltó la administración.

—¿Pero como es que el gobierno panista te mantuvo en tu puesto?

—Cuando pasa el tema de gobierno, como no me corre Vila, los priístas empiezan a decir que ya era azul y me empiezan a cepillar de todos los eventos. A mi me dejan porque soy institucional, porque aunque me dejaron sola en la oficina siempre la saqué adelante. Ahora me chuté todo el Covid-19. Tres de la mañana te llaman que porque hay un difunto, pues ahí voy, nunca dije que no.

Pero en el PRI «siendo consejera nacional fui a pedir chance, que me den la confianza, porque siempre hemos apoyado a todos los grupos, pero Francisco Torres me dijo hay muchos en cola. No conocía mi historia y además creo que porque soy mujer. Y tomo la decisión de irme del PRI, antes de hacerlo me voy de frente, hablé con los actores políticos, y les dije que iba a iniciar un nuevo camino, a lo mejor difícil, pero poco a poco llegará a los ideales que tengo”.

Entró a Movimiento Ciudadano invitada por Silvia López Escoffié y Milagros Castro Romero y cuando se fueron a Fuerza Social por México decidió quedarse en MC.

—Cuando tomé la decisión de irme del PRI le fui a encender a mi abuelita una veladora porque ella me decía que debía ser tricolor la sangre hasta que muera, porque no se traicionaba a nadie. Pero a mí ya me habían traicionado y no me había dado cuenta —apostilla.

Hace quince días pidió licencia como juez oficial del Registro Civil y se alista para la campaña. Conchi sonríe. La última gestión como juez del Registro Civil la luchó cuatro años. Al final consiguió la identidad de una señora de 97 años llamada Elda Galera Ramírez.