La Navidad deberá ser más espiritual que consumista, dice el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega

Por Rafael Gómez Chi

“Hermanos y hermanas, gocemos intensamente la Navidad del año 2020, y que esta experiencia deje en nosotros y en el mundo cambios profundos que permanezcan para bien de todos, disfrutando navidades más espirituales, las cuales, sin vaciar del todo nuestros bolsillos, nos llenen el corazón del amor a Dios, del amor a los pobres y del amor a los nuestros”, expresó el arzobispo de Yucatán, Monseñor Gustavo Rodríguez Vega.

En su mensaje navideño, apuntó que este año de pandemia nos ofrece la oportunidad de un cambio en muchos aspectos de nuestra vida personal, familiar y social, repensando todas nuestras formas de vivir y nuestros criterios, muchas veces alejados del pensamiento de Dios.

Tras felicitar “a todos los que supieron celebrar las fiestas guadalupanas de manera familiar, evitando los riesgos de contagios”, expresó que la Navidad “también nos presenta un reto semejante para vivirla de manera creativa, de un modo peculiar, en el que todos podremos, si nos lo proponemos, celebrar en familia, sin olvidar el motivo de nuestra alegría, sin olvidar al festejado, que ha venido al mundo para nosotros”.

Rodríguez Vega señaló que durante el pasado siglo XX, y al iniciar el siglo XXI, la celebración navideña fue perdiendo poco a poco su auténtico sentido religioso, para convertirse en algo puramente cultural para la mayoría, y la oportunidad de descansar del trabajo y de festejar con familiares y amigos a lo grande.

—La sociedad de consumo se apropió de la Navidad motivándonos a compras frenéticas para poder pasar “una feliz Navidad”. Una compañía de refrescos deformó y desvirtuó la imagen y la historia de San Nicolás, para convertirlo en un ser de fantasía sólo para los niños pequeños, en lugar de mostrar al santo generoso con los pobres y necesitados y gran defensor de la fe, que es un excelente modelo para todos —puntualizó.

El prelado citó al cura Javier Leos Ventura quien dio a conocer un texto en torno a la Navidad y por el cual le llamó por teléfono del Papa Francisco el pasado 7 de noviembre en el que refiere que sí habrá celebración, pero “más silenciosa y con más profundidad. Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad”.

—Sin muchas luces en la tierra, pero con la de la estrella de Belén destellando rutas de vida en su inmensidad. Sin cortejos reales colosales, pero con la humildad de sentirnos, pastores y zagales buscando la Verdad. Sin grandes mesas y con amargas ausencias, pero con la presencia de un Dios que todo lo llenará.

La Navidad se llevará a cabo “sin las calles a rebosar, pero con el corazón enardecido, por el que está por llegar”, reiteró. (Imagen de archivo)