El orweliano mensaje del segundo informe de Gobierno de Andrés Manuel

Por Luis Hevia Canto

El mensaje que Andrés Manuel López Obrador envió a la nación con motivo de su Segundo Informe se caracterizó por la cantidad de mentiras llanas y verdades a medias. Exponer resultados que no corresponden a la realidad tiene costos políticos moderados a corto plazo, pero puede representar importantes beneficios en el futuro al brindarle argumentos a sus simpatizantes para defender su desempeño.

Se necesita de personas dispuestas a defender estas falsedades para lograr el objetivo anterior, lo que configura plenamente el concepto creado por George Orwell denominado “doblepensar”. Se refiere a aceptar como cierta una mentira evidente, o hechos que se contraponen, para coincidir con la verdad presentada por el Estado.

De esta manera podría explicarse que, después de haber escuchado el mensaje del informe, las personas crean que los feminicidios han disminuido en el actual sexenio, por ejemplo, cuando todos fuimos testigos del paro nacional organizado por mexicanas debido a la situación que sufren.

El concepto de Orwell nació en su obra “1984”. En la novela, el protagonista Winston Smith trabaja en un órgano burocrático denominado “Ministerio de la Verdad”. Ahí se dedica a modificar documentos históricos para que sean congruentes con la verdad que el gobierno sostenga al momento, la cual cambia con frecuencia.

Está de más decir que cuando la novela fue escrita no existía el internet, entonces era más sencillo concebir que el gobierno tuviera control absoluto de cómo presentar el pasado y presente. En la actualidad sería más complicado debido a la magnitud de información que circula. Hay regímenes que intentan tener éste tipo de control, como el gobierno chino o el norcoreano, pero es inevitable la difusión de ideas contrarias a las que establecen.

Si bien, las nuevas tecnologías de información imposibilitan a los gobiernos de modificar la realidad, sí les permite moldear el futuro. Solo basta que alguien con una plataforma oficial, y un gran foro, haga una afirmación para que más adelante alguien la rescate y la use para sustentar algún argumento. Básicamente se trata de repetir una mentira hasta que sea verdad, reforzada por la legitimidad intrínseca de los canales gubernamentales.

No sería la primera vez que la Cuarta Transformación hace uso de este tipo de tácticas. Funcionarios de alto nivel y sus soldados más fuertes, los que la defienden con su pluma en las columnas y editoriales más importantes del país, han alegado desde inicios del sexenio que uno de los logros más importantes, sino es que el de mayor importancia, ha sido la redistribución de la riqueza.

Se repite tal cual, sin ahondar mucho en cómo se hizo o en sus consecuencias, pues quedaría expuesta la verdad. El hecho es que se logró gracias a los controversiales programas de apoyo asistencial que se implementaron para suplir políticas públicas. Ahora bien, la consecuencia es el agotamiento de los “guardaditos” del país, según palabras de Arturo Herrera, secretario de Hacienda, al informarle a legisladores de Morena que el próximo año sufriríamos la crisis económica más severa desde 1932.

Tanto en la realidad como en “1984” la historia la escriben los ganadores. Sin embargo, mientras transcurre el sexenio y se acercan las elecciones, se hace más evidente que ninguna victoria dura para siempre, a menos que se trate de una distopía orwelliana. El gran riesgo de apostarle al futuro con mentiras es perder el poder y ser expuesto como una administración charlatana; por la actitud reiterativa de recriminar a sus antecesores, Andrés Manuel López Obrador expone a su administración a ser juzgada duramente en el futuro, y a dos años en funciones no hay suficientes resultados para considerar desempeño aceptable.