No hubo adioses en las aterciopeladas calles de Mérida
Por Rafael Gómez Chi
Mérida, Yucatán, 31 de agosto de 2021.- El cronista extraña las despedidas. Y hoy, en el último día de la administración municipal de Mérida, la jornada tenía algo extraño, porque no iba a haber adioses.
Aunque hubo golondrinas en el recinto del Poder Legislativo, el morbo de un nos vemos resulta más atractivo en los ámbitos ejecutivos. O al menos así ha sido en los tres decenios en los que el cronista lleva atestiguando la vida política del Estado.
La reelección de Renán Barrera Concha puso una tregua a los adioses políticos cuando alguien termina su encargo.
En el primer minuto de mañana el ex alcalde y el alcalde serán la misma persona, pero ¿será la misma persona?
En la historia de las alcaldías de Mérida desde la Revolución a la fecha solo dos personas han ocupado ese puesto dos veces. La primera fue Ana Rosa Payán Cervera, pero a modo de premio de consolación cuando Patricio Patrón Laviada se quedó con la candidatura al Gobierno del Estado y luego electo Gobernador.
Y después Renán Barrera, quien en su primera gestión se colgó de un desaguisado político que aún pagamos los que vivimos en Mérida, y en la segunda llegó sin tener un cargo en la localidad, sino dentro de una asociación de ediles panistas desde la que pareció pujar por la candidatura al Gobierno del Estado.
Y la del 2018 fue el mejor resultado electoral que ha tenido, porque si bien en la elección pasada se llevó al candidato del PRI por 20 puntos, en realidad votó menos gente por el PAN que hace tres años.
Pero así es la política, un ente caprichoso en el que las mayorías y las minorías tienen acomodos distintos que no cualquiera atisba a ver con claridad. No son ni péndulos ni balanzas. Y ni siquiera las redes sociales son termómetros de la realidad del día de la elección, donde en la soledad de la urna el votante rompe la crisálida de la boleta y toma una decisión.
Por eso este último día de una administración municipal es extraño y el cronista aún no sabe si mañana, cuando empiece el mes patrio, tendrá un déjà vu, un futuro alterno o una nueva realidad en las aterciopeladas calles de la capital yucateca.