¿Seremos capaces de construir la fuerza laboral que su crecimiento demanda?
Por Raúl Asís Monforte González
Mérida, Yucatán; 28 de septiembre de 2021.- El cumplimiento de compromisos y metas de reducción de emisiones, descarbonización de la economía, combate al cambio climático y cuidado del medio ambiente, no es un asunto opcional. En México, el Artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, obliga a atender todos los acuerdos internacionales en los que nuestro país participa. Pero, independientemente de lo legal, tenemos que entender que esta obligatoriedad tendría que estar fundada y motivada, por nuestro propio instinto de supervivencia. O detenemos el incremento de la temperatura promedio anual global, o simplemente nos quedamos sin futuro posible.
El objetivo de limitar la temperatura en un máximo de 2 grados Celsius, e idealmente en 1.5, pasa necesariamente por una transformación del sistema energético, que lo convierta en uno que se provee de electricidad desde fuentes limpias y renovables, y que no quema un solo litro de combustible fósil más. Por eso, no debemos descansar en la insistencia para que nuestro gobierno fomente y no entorpezca el despliegue de estas formas de energía.
Uno de los ejes fundamentales de este objetivo, descansa en el avance de la Generación Limpia Distribuida, definida ésta en las Leyes mexicanas, como aquella que es generada en el mismo sitio en donde será consumida, con generadores que tengan una capacidad instalada menor a 0.5 MW, y que utilicen fuentes libres de emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de que varias tecnologías podrían cumplir con esta última condición, la forma más viable de hacerlo, es mediante paneles solares en azoteas, estacionamientos o cualquier otra superficie disponible y asoleada en una casa o una empresa, por ello no es casualidad que el 99.152% de los 242,958 contratos de interconexión de Generación Distribuida que hoy existen en México, sea con tecnología solar fotovoltaica, de acuerdo con el recien divulgado reporte emitido por la CRE, al cierre del primer semestre de 2021.
En este reporte se observa que la capacidad instalada de Generación Distribuida, prácticamente se está duplicando cada dos años, sin embargo, aún con ese explosivo crecimiento, apenas representa menos del 2.5% de la capacidad instalada total de generación de electricidad. Esto nos da una idea de todo lo que se puede y debe crecer en este rubro en los próximos años.
Para que ese crecimiento sea posible, tenemos que ser capaces de construir una fuerza laboral efectiva y productiva que se encargue de realizar estas instalaciones, y para alcanzar este propósito, la solución no es solamente contratar, sino que se convierte en un elemento clave la capacitación y el adiestramiento. No se trata solo de cubrir posiciones laborales, sino de formar personas.
Personas con actitud, motivación y compromiso, entusiasmadas por trabajar en una industria moderna y dinámica, que fomenten un ambiente colaborativo, una cultura de trabajo en equipo, el desarrollo integral de la persona, con honestidad, disciplina e integridad, para estandarizar procesos de instalación, y hacerlo con seguridad, calidad, uniformidad y productividad. ¿Seremos capaces de hacerlo?