Los violines más caros del mundo

Por Pilar Faller Menéndez  

Hablando sobre instrumentos musicales, el violín es uno de los instrumentos que ha alcanzado cifras enormes debido a su antigüedad y la perfección que guardan, además de que algunos son únicos, o fueron fabricados pocos, lo que los convierten en piezas preciadas, motivo por el cual el famoso violín Stradivarius que tiene una historia de más de 300 años ha alcanzado cifras de millones de euros en famosas subastas de hoy en día. 

Probablemente nos estemos preguntando a qué se debe que hayan alcanzado cifras estratosféricas y cuales son en realidad los que resultan más valiosos en el mercado, a pesar de permanecer silenciosos durante años, recuperan su importancia en las subastas siendo el instrumento que ha alcanzado las cifras más altas por encima de los pianos que muchos consideran el instrumento más caro en el mundo de la música. 

El violín que ha alcanzado la cifra más alta es llamado “El mesías” y fue fabricado en el año de 1716 por Antonio Stradivari, considerado la pieza más perfecta y que mejor se ha conservado. También tiene una historia peculiar, ya que el coleccionista Luigi Tariso (1798-1854) hablaba de su posesión como un precioso violín que tenía tonos rojizos que nadie había visto, pero que se sabía que existía, motivo por el cual adquirió ese nombre, porque siempre se ha esperado verlo, pero nunca ha aparecido. 

“El mesías” finalmente pudo hacer su aparición pública en un museo de Oxford, gracias a la donación que hiciera la familia Hill con el fin de que los fabricantes pudieran estudiarlo y aprender de sus bondades, aunque la condición de la donación fue que no volviera a ser utilizado. El precio con el cual se cotiza actualmente es de 20 millones de euros. 

Probablemente este fue el violín que inspiró una película extraordinaria llamada “El violín rojo” una película canadiense de 1998 de drama y misterio, que narra cómo el violín fue pasando de mano en mano, hasta llegar a la época actual, tal vez con el punto de drama en el cual se explica el color rojizo del instrumento, que no era otra cosa que la sangre de la mujer amada de su creador, lo que probablemente no fuera un dato real, pero que cubrió el misterio de su valía, y de la prodigiosa música que salía de él. 

El violín Vieuxtems, fabricado en 1971 por Guiseppe Guarteri, es el segundo en la lista de los más cotizados, y recibió este nombre a que uno de sus propietarios fue un compositor francés de nombre Henri Vieuxtemps que fue tocado por violinistas prestigiosos entre los que puede nombrarse a Munuhin, Zukerman y Perlman. Cobró su notoriedad cuando en el año de 2014 en las manos de la destacada violinista Anne Akiko Meyer se volvió a escuchar. El violín fue adquirido cuatro años antes por la suma aproximada de 16 millones de dólares. 

“El Lady Blunt” que se Stradivari fabricó en 1721 llegó a ser el violín más caro del mundo, que jamás fue vendido, y se fue llamado así porque durante 30 años perteneció a una dama de la alta sociedad inglesa a quien debe su nombre: Lady Anna Blunt, quien fuera nieta del afamado poeta Lord Byron. Resulta sorprendente su estado de conservación por lo que al venderse alcanzó la suma de 15 millones 900 mil dólares. 

El Carrodus, que fuera propiedad del afamado Niccolò Paganini, uno de los violinistas más virtuosos de la historia (1782-1840), pudo sobrevivir a un accidente de tráfico acaecido en 1953, en el que falleció su entonces propietario Ossy Renardy, y cuyo valor se considera en la actualidad en 10 millones de dólares. 

Giusepe Guarneri construyó en 1741 otra obra maestra que recibió el nombre de Ex Konchaski, por haber pertenecido al violinista polaco Paul Konchanski (1887-1934), el cual también fuera propiedad durante más de 40 años de Aaron Rosand quien decidió vendérselo a un empresario ruso por la cantidad de 10 millones de dólares. 

Estos famosos violines son considerados piezas históricas de colección y son instrumentos que no son utilizados para ser tocados, sino más bien admirados por el cuidado y producción artesanal que los hace raros y únicos y sobre todo, causa atención las sumas exorbitantes que han alcanzado, sin que los coleccionistas que actualmente los poseen hayan escuchado una sola nota de éstos.