Por Pilar Faller Menéndez
Uno de los temas más populares de la canción mexicana es “La Bikina” que fuera compuesta por destacado compositor Rubén Fuentes Gassón en el año de 1964, ha sido incluida en el repertorio de muchos cantantes famosos como es el caso de Luis Miguel, Julio Iglesias, Celia Cruz, y grupos de mariachis como el reconocido Mariachi Vargas de Tecatitlán, por ser una de las más bellas canciones populares rancheras, cuya letra guarda un secreto que pocos saben.
¿Quién fue la Bikina? Cuentan que esta canción fue inspirada a partir de una leyenda que aconteció en la época de Los Cristeros que data entre los años de 1926 y 1929 y surgió en el Estado de Jalisco, en Los Altos, durante una noche de tormenta en la cual un campesino se encontró a una recién nacida abandonada, a la cual llevó a su choza para que su mujer se hiciera cargo de ella.
El campesino acudió a contarle y pedirle consejo al párroco del pueblo sobre la niña, por lo que éste decidió anunciar a los habitantes lo acontecido, sin recibir respuesta alguna, ya que la niña se encontraba a su suerte, por lo que el párroco decidió dejarla en el convento de las madres Carmelitas a su cuidado.
La bebé fue creciendo entre las monjas, al igual que su belleza física: tenía los ojos azules y el cabello negro. Fue bautizada con el nombre de Carmela. En el convento, Carmela llevó una vida apacible, hasta que en 1925 se desataron los problemas entre la Iglesia Católica y el Estado, lo cual le cambió su vida.
El ejército mexicano tomó el convento, y mató a la madre superiora. Carmela fue capturada por el capitán Humberto Ruiz quien la encerró 17 años, durante los cuales sufrió abusos, sin entender el porqué de los hechos, deseando la muerte antes de continuar con el martirio al que estaba sometida.
El coronel Ruiz estaba perdidamente enamorado de Carmela, pero sabía que su amor no era correspondido: la monja lo odiaba y se negaba a dirigirle la palabra. Un día, el coronel salió de la casa, pero nunca regresó, probablemente había sido herido o muerto por las balas de los Cristeros.
Después de un tiempo, “La Bikina” se dedicó a realizar trabajos domésticos en las casas, conservando esa belleza que la distinguía, pero sin dejar que ningún hombre se le acercara para cortejarla. Muchos decían que se había quedado enamorada de su coronel quien le enseñó el mundo de la pasión.
Una noche estrellada de luna llena, “La Bikina” subió a la montaña, y como la última estrella del anochecer, se perdió en el firmamento.
La Bikina
Letra de Rubén Fuentes Gassón
Solitaria, camina la Bikina
la gente se pone a murmurar
dicen que tiene una pena,
dicen que tiene una pena, que la hace llorar
Altanera, preciosa y orgullosa
no permite la quieran consolar
pasa luciendo su real majestad
pasa, camina, los mira sin verlos jamás
La Bikina, tiene pena y dolor
la Bikina, no conoce el amor
Altanera, preciosa y orgullosa
no permite la quieran consolar
dicen que alguien ya vino y se fue
dicen que pasa la vida llorando por él.