Por Raúl Asís Monforte González
Mérida, Yucatán, a 30 de junio de 2021.- Probablemente nunca te has cuestionado si representará algún problema alimentar a las 9 mil millones de personas que habitaremos este planeta en el año 2050.
Para alimentarte tú y tu familia, basta con acudir a tu supermercado de confianza y adquirir lo necesario. Pero cuando alcanzamos a comprender, aunque sea medianamente, cómo funciona la cadena de valor global de la agricultura, podemos llegar a conclusiones alarmantes.
Garantizar la seguridad alimentaria en 2050 deberá ser necesario producir 70% más alimentos de los que hoy se producen, y mucho antes de llegar a esa cifra, estará en riesgo la capacidad estructural del sistema agrícola global para producir alimentos, y la oferta no será capaz de satisfacer la demanda, aún cuando ocurra una explosión de precios.
El hambre y la desnutrición son graves problemas con efectos devastadores especialmente en la población infantil, pero que agravados por la pobreza, desigualdad, y la crisis política y financiera, se amplía a otros estratos de edades, afectando a familias completas, derivando en auténticas tragedias sociales y humanitarias.
De modo que es bastante realista y no fatalista, la visión de una posible crisis global alimentaria dentro de pocos años, derivada del cambio climático y de prácticas insostenibles. Son perfectamente identificables los trastornos que el clima está ocasionando en la agricultura, que se han estado incrementando en los últimos 50 años, y se pronostica que sean mas severos en el futuro, con efectos cada vez más negativos para la gran mayoría de los cultivos y para la ganadería.
Durante los próximos 25 años, una gran cantidad de producciones agrícolas en diversas regiones del planeta, aún conservarán un relativamente alto grado de resiliencia ante los efectos del cambio climático, pero otros sufrirán cada vez más, las fuertes tensiones derivadas del calor extremo, la sequía, las enfermedades, la proliferación de hierbas dañinas, plagas de insectos y otras tensiones inducidas por el fenómeno del calentamiento global, lo que hará disminuir la productividad agrícola y ganadera, poniendo en riesgo la seguridad en la cadena de suministro de los alimentos y la calidad de los mismos.
Al disminuir la productividad, elevarse los costos de producción, y ser cada vez más difícil lograr productos sanos y de alta calidad, no es difícil prever repercusiones en toda la cadena de valor de la industria de los alimentos, con efectos en los precios, en las plantas procesadoras, en el almacenamiento y la transportación, así como en la venta al detalle y al mayoreo. Si se implementan a tiempo medidas de adaptación, algunos de estos impactos podrían retrasarse y reducirse.
Adicionalmente, existe una alta degradación de la calidad de los suelos agrícolas y las reservas de agua, debido al fenómeno de que la precipitación pluvial se está yendo a extremos. Mientras que en ciertas regiones la sequía aumenta, en otras se incrementa la incidencia de fuertes aguaceros, situación que continuará representando un desafío para la agricultura tanto de riego como de temporal.
La base misma de la agricultura y el sistema alimentario global, la constituye un suelo saludable. Ese valioso ecosistema vivo llamado suelo, posee una enorme importancia para la producción de alimentos, pero también es altamente vulnerable y propenso al deterioro cuando no se administra correctamente bajo premisas sostenibles. Mientras tanto, la población sigue creciendo y demandando mas alimentos
En conclusión, la producción de alimentos se enfrenta a enormes desafíos en todo el mundo. Entre las amenazas que enfrenta están las relacionadas con el cambio climático, altas temperaturas, fenómenos extremos, reducción del rendimiento, reducción del contenido nutricional, degradación de suelos, entre
otras. Además, ante las dificultades y la baja rentabilidad, existe abandono, los jóvenes de hoy al momento de elegir una carrera universitaria, cada vez voltean menos hacia las relacionadas con la producción de alimentos. Si a esto sumamos los problemas de pobreza, marginación, analfabetismo, aspectos comunes en nuestro México, entonces vemos un entorno complejo que demandará de esta generación y las que le siguen, mucho talento, dedicación y determinación, para hacer frente a esta nueva crisis global que se avecina.
© Copyright 2021. Raúl Asís Monforte González. Todos los derechos reservados. Mérida, Yucatán a 26 de junio de 2021
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