Por Redacción
Mérida, Yucatán, 17 de agosto de 2025.- Isidro Ávila Villacís fotografió el alunizaje sin ser astronauta ni viajar a la Luna. Definió como “horroroso” el siniestro aéreo en el que perdió la vida Pedro Infante en la capital yucateca. “No es para publicar”, sostenía el fotógrafo cuando le pedían detalles de lo ocurrido con el ídolo de México, aunque sus imágenes son las más socorridas cuando se recuerda a Pepe El Toro en el adiós.

Hoy Isidro Ávila Villacís partió luego de breve dolencia, según informó su familia por la tarde en las redes sociales.
Hacía años que estaba retirado de la trinchera periodística pero no de la memoria de quienes se han dedicado al periodismo y a la vida pública de Yucatán de los últimos 50 años.
Y es que por más de medio siglo, Isidro Ávila Villacís fue el ojo incansable que capturó la esencia de Yucatán. Decano del fotoperiodismo yucateco, Ávila no solo registró imágenes, narró historias con cada clic de su cámara, desde la era del revelado manual hasta la revolución digital.

Su carrera comenzó el 4 de octubre de 1955, una fecha que marcó el inicio de una dualidad inquebrantable: su matrimonio con su esposa y su vínculo con el Diario de Yucatán. Con la filosofía «A la primera y bien», Ávila se convirtió en un intrépido cazador de instantes únicos, trepándose en estructuras, postes y hasta en la Catedral para obtener la toma perfecta.
Por su lente desfilaron presidentes, reyes, artistas y el pueblo llano. Desde la visita del Papa Juan Pablo II hasta el histórico desembarco del Cristo de la Unidad, su archivo es un testimonio invaluable de la historia peninsular.
Ni qué decir de aquella portada del Diario de Yucatán del lunes 21 de junio de 1969 cuando el hombre pisó la Luna, pues las fotografías fueron de Isidro. Claro, nunca fue a la Luna, pero tuvo la ocurrencia de tomar las fotos de la transmisión por televisión, algo impensable para la época.

Ávila vivió la transición del rollo al píxel con asombro, pero también con crítica: «La tecnología es fantástica, pero nos está volviendo automáticos», sentenció. Para él, la esencia de la fotografía radica en la capacidad del fotógrafo, no en la cámara.
Isidro Ávila Villacís se reconoció como un hombre pleno, cuya mayor satisfacción fue la huella imborrable que dejó en el periodismo y en la memoria colectiva de Yucatán. En El Cronista Yucatán lo despedimos reconociendo su trabajo y con nuestro más sentido pésame a su familia.