Por Raúl Asís Monforte González
Mérida, Yucatán, 14 de diciembre de 2021.- Lo más difícil de todos los esfuerzos globales para alcanzar la descarbonización de la economía en 2050, quizá se encuentre en definir métodos objetivos y transparentes, generalmente aceptados, para medir las emisiones y monitorear los avances que se vayan alcanzando. Esto es particularmente relevante en sectores que poseen una matriz muy diversificada de materiales, equipos y servicios que son utilizados para generar sus productos, como la industria de la construcción.
Según el Monitor Global de la Construcción, que lleva la Real Institución de Peritos Colegiados (RICS por las siglas en inglés para “Royal Institution of Chartered Surveyors”) el 40% de los profesionales de esta industria no ha comprendido aún la importancia de llevar una medición precisa.
Del total de las emisiones de CO2 anuales en todo el planeta, se estima que el 40% proviene de la construcción de edificios nuevos y obras de infraestructura. Por tal motivo, el sector de la construcción no solamente es responsable de un alto porcentaje de las emisiones, sino que además su medición y control es altamente compleja.
Reconocer esto, motivó a 49 asociaciones de profesionales de la ingeniería, de costos de proyectos, y administradoras de datos, de 27 diferentes naciones entre las que se incluyen Canadá, el Reino Unido, Australia, China, Japón y los Estados Unidos de Norteamérica, a integrar una coalición de expertos, que ha logrado publicar la que se dice será la primera norma universal para reportar las emisiones de carbono que le corresponden a un edificio o a una obra de infraestructura determinada, tanto en su etapa de construcción, como en todo su ciclo de vida.
Así fue como surgió el estándar ICMS 3, es decir, el “International Cost Management Standard”, que establece una metodología para desarrolladores y profesionales de la industria de la construcción, que les permite contabilizar la cantidad de carbono incorporado en los proyectos, ya sea que se trate de carreteras, escuelas, oficinas, vivienda u obras de infraestructura ferroviaria.
Es muy esperanzador que una gran alianza de cooperación internacional, haga esta contribución para que el sector construcción adopte como un industria global interconectada el objetivo de neutralidad de emisiones en seguimiento a los acuerdos que adoptaron los líderes mundiales en la pasada conferencia por el clima COP26 que se llevó al cabo recientemente en Glasgow, Escocia, y cuyo objetivo es evitar una auténtica catástrofe climática.
Así que el ICMS 3 ha venido a introducir un método simple que facilitará el reporte de las emisiones y en el futuro cercano permitirá a los desarrolladores modificar sus propuestas oportunamente para reducir su impacto en el medio ambiente, además de tomar en cuenta otra información valiosa para incentivar la remodelación y utilización de los edificios en vez de tirarlos abajo al finalizar su vida útil.
Alan Muse, director de Normas de Construcción en la RICS, ha dicho: “El uso de la norma ICMS 3, beneficiará a todas las partes interesadas de la industria de la construcción que desean reducir sus emisiones de carbono en cumplimiento del estándar, por condiciones de mercado o debido a razones de responsabilidad social, además de impulsar la innovación en términos de diseños y soluciones alternativas”.
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