En venta dicha hacienda por 1.9 millones de dólares. Fue propiedad de la familia Peón, los Condes de Miraflores, único título nobiliario que otorgó la Corona Española a súbditos en Yucatán
Por Rafael Gómez Chi
Mérida, Yucatán, 22 de julio de 2021.- La casa Morton subastó piezas de la Colección de la Hacienda Chenché de las Torres la tarde de ayer miércoles en un evento realizado en su salón ubicado en la Ciudad de México.
Se trató de un lote de 181 piezas, cuyo catálogo fue exhibido en el sitio web de Morton Subastas y en sus redes sociales. En su mayoría fueron artículos que formaron parte del menaje de la hacienda que fue propiedad de la familia Peón, descendientes de los Condes de Miraflores, único título nobiliario que concedió la Corona Española a súbditos de Yucatán y que permaneció en la Entidad desde su otorgamiento en el siglo XVII hasta mediados del siglo XX.
Morton Subastas no informó de inmediato en cuánto se vendieron las piezas ni si se comercializaron todas.
La Hacienda Chenché de las Torres salió a la venta desde hace un par de meses en un millón 950 mil dólares, algo así como unos 45 millones de pesos, dependiendo del tipo de cambio el día que se cierre la operación.
Su peculiar arquitectura llama la atención de propios y extraños, a tal grado que suelen confundirla con un “castillo europeo”.
No fue construida por la familia Peón, pero los Condes de Miraflores fueron sus propietarios.
Respecto de ese título nobiliario, éste fue otorgado por Real Merced de Carlos II de España el 24 de mayo de 1689 al maestre de campo Pedro de Garrástegui y Oleaga y Andicano, caballero de Santiago, señor de la Casa de Garrástegui, alguacil mayor de la Inquisición y tesorero de la Santa Cruzada en Yucatán.
De acuerdo con la Enciclopedia Yucatán en el Tiempo, Pedro de Garrástegui nació en Mondragón, Vizcaya, y contrajo matrimonio en Mérida, Yucatán, el 1 de enero de 1675, con Micaela Rodríguez de Villamil y Vargas, hija del sargento mayor, Diego Rodríguez de Villamil, y de Juana de Vargas.
La última que ostentó el título de Condesa de Miraflores fue Candelaria Peón y Peón, quien se casó con Pedro M. de Regil Casares. La Condesa falleció en la Ciudad de México en 1944 y el título debió pasar a su hijo Álvaro de Regil y Peón y luego a su nieto Álvaro de Regil y de la Guardia, pero desde entonces quedó en el olvido.
La Enciclopedia Yucatán en el tiempo cita que eran propietarios de “cuantiosos bienes”, pero solo hace referencia a una casa solariega familiar ubicada en la esquina de las calles 65 y 62, la cual ya no existe, pues en ese sitio se construyó un moderno edificio de cristal y el periódico Novedades a mediados de los sesenta del siglo pasado.
Los bienes de la familia fuero motivo de un pleito entre Francisco Sánchez Peón, hijo de Candelaria Peón y Calderón, y su prima Joaquina Peón Castellanos, quien reclamaba la mitad de éstos.
La citada fuente señala que el dictamen de un jurista español cuyo nombre se desconoce y la intervención del abogado yucateco Juan Francisco Molina Solís fueron favorables para Joaquina Peón.