«Yo sí vengo del pueblo», dice Romario García

El Caballo Negro caminó por la mítica avenida 31 de Progreso donde insiste en que el puerto necesita rumbo, planeación, no más de lo mismo

Por Rafael Gómez Chi

Progreso, Yucatán, a 14 de mayo de 2021.- Romario García Ramírez lo tiene claro, Progreso necesita planeación y rumbo, pero nadie ha puesto siquiera los cimientos.

—Debemos empezar a trabajar por los servicios básicos —dijo a El Cronista Yucatán la tarde de este sábado mientras caminaba pidiendo el voto por la icónica avenida 31 del puerto.

“El Caballo Negro” encabezó junto con su esposa, Michelle García Rosado, y la candidata a diputada por el IX Distrito, Rosario Cardeña Escalante, una caminata en la que los progreseños se desbordaron hacia el candidato del Partido Encuentro Solidario.

El cronista ha cubierto varias campañas desde hace tres décadas y pocas se han visto de tal magnitud y respuesta en personas que no son los clásicos políticos formados en las filas de equis o ye partido. Romario, cuyo apoyo de “El Caballo Negro”, le llegó casual, a bote pronto, ha despertado las simpatías de los progreseños más rápido de lo que ha podido reflexionar.

—¿Te imaginaste la respuesta de la gente de este modo?

—A estas fechas no tanto. Sabía que iba a ser un poco más difícil, pero estoy sorprendido del apoyo de nuestra gente, la verdad no me lo imaginaba así.

—¿Y por qué crees que te han respondido?

—Porque crecí como ellos, en la colonia, entonces conozco las necesidades. Nací en la colonia Ciénaga 2000 —responde.

El paracaidizante sintetizador de El Tucanazo abría paso al proselitismo. Desde un camión-tarima, un grupo local del puerto animaba a la gente intercalando melodías con un jingle de campaña. A ritmo de cumbia, el estribillo “yo por el caballo negro, votaremos por el PES”, antecedía a los saludos del candidato con la gente que salía a las puertas de sus casas.

—La campaña está muy fuerte, tenemos mucho apoyo. La gente está fastidiada de los políticos tradicionales y eso es en parte el motivo por el que tenemos aceptación en Progreso —definió.

La batucada y las chicas de la porra con sus playeras moradas, animaban aún más el ambiente. Lo que el cronista observó fue una campaña bien estructurada, con gente que se anticipaba a prepararlos para el saludo. Y el candidato, gentil. “Estamos contigo”, tenía por respuestas.

—¿Qué le falta a Progreso?

—Que empecemos a trabajar en los servicios básicos, dominarlos, desde que tengo uso de razón son más de 20 años, se sigue peleando el alumbrado, la falta de seguridad, los baches, la basura, el agua potable.

En la esquina donde se ha detenido a hablar con el cronista, la gente lo rodea, pero no lo agobia. Todo un equipo lo acompaña, desde el fotógrafo hasta las mujeres que apuntan las peticiones y las necesidades de la gente, pero más que nada, el candidato recibe muestras de cariño, de solidaridad y no importa que en las casas donde toque a la puerta haya una manta de otro candidato.

—Nos quieren traer obras grandes pero no podemos con lo poco, que es lo que necesita la gente. Hay que poner los cimientos y darle rumbo a la ciudad, nunca lo hemos podido tener, van por un lado y de otro, a la voluntad de cada alcalde y ya es momento de hacer una planeación a diez años, que el que venga después de uno siga esa línea de trabajo, si no, estamos inventando.

—¿Por qué por Encuentro Social?

—Porque hubo acercamiento, amigos y me dio la oportunidad.

Romario cruza la avenida hasta una tienda de abarrotes y no hay rechazos de nadie, hay saludos, choque de puños, desde un simple hola hasta el “tienes mi voto” pasando por el “que Dios te bendiga mucho”, es lo que encuentra en la gente.

—Es que ningún candidato o alcalde ha salido de la colonia, todos han vivido en el centro. Yo tengo una identificación con esta gente —declara.

Habla de su apodo. “Es de ahora, por las notas de los periódicos y pues la gente lo adoptó y qué hago, si a ellos les gusta”, sostiene sonriente.

En sus estimaciones de intención de voto dice que va bien, que ha ido subiendo en las preferencias mientras que el candidato que busca la reelección ha llegado a un tope.

—¿Caballo que alcanza gana? —se le pregunta.

—¡Pues si es así ya gané! —exclama.

Un mambo se escucha en las bocinas y luego Juana la Cubana, la cumbia pero también temas como Lamento boliviano inundan las calles, la mítica avenida 31 de Progreso y animan la campaña, cuya caminata desemboca en el Parque Morelos, donde Romario insiste:

—Sigo firme en eso y así me voy a conducir los tres años de mi gobierno, no robar, no mentir y ¡no traicionar al pueblo de Progreso!.