Por Rafael Gómez Chi
—¿Y las letras de Mérida? —indagó, curioso, el cronista a la primera persona que se le atravesó en el camino.
—Hace dos días que está así —respondió un veterano guía de turistas que andaba cerca.
Dos periodistas más acompañaban al cronista. Era poco después del mediodía del segundo viernes de cuaresma y el calorcito ya apretaba.
El cronista pensaba en una bebida bien fría, mientras cruzaba la Plaza Grande, pero al mirar hacia la Catedral Metropolitana no pudo evadir aquellas letritas.
—¿Ya viste? —dijo Cecilia Olivieri, la periodista argentina que lo acompañaba.
—Pero, ¿qué ha pasado con las letras de la ciudad? —añadió Ronald Rojas, el periodista venezolano que iba con los dos.
—¿A quién podremos preguntarle? —expuso Cecilia.
—A quién más, al alcalde —ripostó el cronista y puso manos a la obra, o más bien dedos en el celular para escribir un WhatsApp.
Renán Barrera Concha contestó que las letras de Mérida están en mantenimiento y que por mientras se mandaron colocar las que estaban en el Parque Zoológico del Centenario, a fin de que la Plaza Grande no pierda la esencia del recuerdo para los turistas.
El edil meridano prometió que las letras originales estarán de vuelta en dos semanas, pues es el tiempo que dura el mantenimiento.
Los periodistas tomaron nota y siguieron su camino. El cronista se detuvo un instante en una mesa donde empleados municipales obsequiaban árboles a quien los quisiera. El periodista adoptó un de x´canlol y uno de guayabas.