El Cronista Yucatán
Por Rafael Gómez Chi
No pudo ir al “Pavo feliz”, como cada año, pero el senador Jorge Carlos Ramírez Marín hizo su tradicional recorrido por las calles de Mérida, pero de manera virtual, debido a la pandemia del Covid-19.
“Este es un encuentro pensado para nunca olvidar el pasado, recorrer los pasajes que crearon la historia y nos traen al presente. Para juntar a los amigos, es un momento de compartir recuerdos, de afianzar lazos y, en este año en particular, de reinventarse para nunca dejar morir las tradiciones”, señaló en su mensaje Ramírez Marín.
De manera virtual para no perder la tradición que nació hace más de 20 años, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín realizó su acostumbrado recorrido por el Centro Histórico de Mérida, oportunidad que permitió rememorar algunas de las historias que han destacado a lo largo del tiempo.
Adaptándose a los retos de la nueva normalidad, la caminata se realizó por medio de fotografías que remontaron a 1906, cuando el Presidente Porfirio Díaz visitó Yucatán. Se trató de la única vez que vino a Mérida como mandatario y fue el primero de los titulares del Ejecutivo Federal que arribaron a estas tierras, casi cien años después del inicio de la Guerra de Independencia.
Las calles de la capital yucateca están llenas de historias, una es la visita de Porfirio Díaz, señaló el senador durante la actividad.
Transmitieron imágenes de las condiciones y el ambiente que se vivían en Mérida hace más de un siglo: La penitenciaria Juárez, el hospital O`horán y el zoológico el Centenario, que por esas fechas se construía, entre algunas de las postales.
La plática, a cargo del abogado José Luis Vargas Aguilar, brindó la oportunidad de revalorar o descubrir detalles que escapan a lo cotidiano o a las labores rutinarias de sus habitantes.
“Es una mirada en retrospectiva a lo mucho que Yucatán ha caminado en un siglo, que permite revalorizar y entender el presente”, detalló.
Durante la charla, se mencionaron lugares que solo existen en el recuerdo, como el afamado “Club La Lonja”, donde se reunían los meridanos para realizar todo tipo de eventos sociales. De éste centro de entretenimiento, convertido en un estacionamiento, solo queda el vestigio de su nombre.
Así, Ramírez Marín continuó con su tradición de recorrer el Centro Histórico y aun cuando no pudo invitar a los salbutes y a los panuchos en “El Pavo Feliz”, todos los que vieron la transmisión quedaron con un grato sabor de boca. (En la fotografía, el estimado abogado Vargas Aguilar)
