Capacitan a docentes para detectar la violencia hacia los niños y las niñas en edad escolar

Por Rafael Gómez Chi

La pequeña Laura dejó de sonreír y comenzó a bajar sus calificaciones. Le preguntaban y no decía por qué, sólo se le veía triste. Un día, su maestra encontró el origen del cambio en el estado de ánimo de su alumna: sus padres habían empezado a discutir por temas económicos en medio de la pandemia de Covid-19.

Situaciones como la de la pequeña Laura ocurren en muchos hogares, donde la violencia repercute en las niñas y en los niños, por lo que la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado comenzó a difundir el “Protocolo de actuación ante situaciones de violencia detectadas o cometidas en contra de niñas, niños y adolescentes en los planteles escolares de educación básica de Yucatán”.

En entrevista para El Cronista Yucatán, Adiver del Rubí González Alpuche, jefa del departamento de Derechos Humanos y Prevención a la Violencia Escolar de la Segey, comentó que se trata del instrumento normativo por medio del cual los docentes pueden tener conocimiento de como actuar cuando se presente una situación de riesgo en contra de un niño, niña o adolescente.

“Estas capacitaciones, instruidas por el Departamento Jurídico de la Segey, empezaron el 6 de noviembre de manera virtual, esperamos capacitar a un número de 3,800 personas de la Segey, entre ellas el personal de funciones de director, supervisores, jefe de sector, personal de desarrollo educativo, escuelas particulares”, dijo.

Se trata de darles a conocer el protocolo, porque tenemos la obligación de saber cómo actuar en una situación en la que los menores puedan pasar.

Las agresiones van desde una cuestión física, sexual o emocional, como ocurre ahora en medio de la pandemia. “Lamentablemente se han presentado incluso por omisiones de cuidado. Y los maestros y las maestras tienen la tutela de los alumnos y el cuidado incluso de lo que les pasa en el entorno familiar, es que se da este protocolo para que con tres grandes pasos a seguir sencillos concretos y el docente sepa qué hacer”.

Por ejemplo, dijo, si observamos si un menor está en situación de riesgo, actuamos, damos al docente herramientas, mediante solicitud con oficio de intervención tanto para autoridades inherentes a estos casos, como pueden ser la Fiscalía General del Estado o la Procuraduría para la Defensa del Menor y la Familia y le damos un seguimiento, usamos medidas complementarias, que el menor que ha sufrido violencia no se quede sólo así, y al padre de familia hacerle ver que este tipo de violencia desde casa debe resolverse con medidas complementarias”.

“Nuestra labor como docentes es pedagógica pero no por eso hay que dejar de mirar situaciones en cuanto si yo tengo el conocimiento de que hay un alumno participativo, se lleva bien con todos y de la nada presenta ciertas conductas atípicas a lo norma, como el temor o la agresión, nos puede hacernos preguntar por qué, esto conlleva a que el menor sufre algún daño”.

El protocolo está creado para todo el nivel básico, las escuelas particulares por vez primera se incluyen, y para los centros educativos de formación integral y capacitación laboral.

González Alpuche recordó que desde el 2012 se tenían unos lineamientos que estaban encaminados para los niveles inicial y preescolar, pero en 2014 sale un primer protocolo en caso de riesgo o delito sexual y ahora se amplía más y se incluye cualquier situación de riesgo o de violencia que puedan estar sufriendo.

“Se amplia el panorama de cómo actuar, se simplifica el procedimiento, se dan medidas complementarias que no estaban en el anterior protocolo, luego de la experiencia de la Segey en dos años detectamos que hay ciertas situaciones no contempladas, y en aras de mejorar, porque como secretaría estamos procurando el interés superior de la niñez, es que hacemos esto”, abundó.

Y reiteró: “Esto es para que el padre o la madre de familia se sientan tranquilos, que no sólo es lo pedagógico sino en el momento que están en la escuela somos los garantes, tenemos la responsabilidad de cuidarnos y se sienta tranquilo, que el menos está siendo cuidado por sus maestros y maestras”.

Cabe anotar que el documento, recién publicado en el Diario Oficial del Estado, contiene cambios fundamentales respecto del emitido en 2014, como su implementación en escuelas particulares autorizadas o incorporadas a la Segey, incluyendo centros de formación integral y capacitación laboral dependientes de la misma, o el apoyo psicológico que se debe brindar para atender situaciones de este tipo en el entorno estudiantil.

“Todos estamos en esta noble tarea, de proteger y de desarrollar todas las capacidades de las niñas, niños y adolescentes de nuestro estado, y darles la oportunidad de una vida feliz, libre de violencia; por eso, nosotros, como maestros, estamos en una posición clave para detectar cuando nuestros alumnos pueden tener una situación difícil, y lo que nosotros vamos a hacer a través de esta capacitación es conocer las mejores herramientas para canalizar y ayudar”, comentó la secretaria de Educación, Loreto Villanueva Trujillo.