Ramírez Marín apoya reapertura de comedor comunitario y le mete a las tortitas de carne

Por Rafael Gómez Chi

Jorge Carlos Ramírez Marín le entró con fe a las tortitas de carne.

Lourdes Bermejo lo invitó a almorzar en el comedor que reabrió en la Unidad Morelos, donde antes funcionó una cocina que impulsó la Secretaría de Desarrollo Social en el sexenio pasado.

—De pequeñas acciones se logran los grandes cambios, cuando la gente se une y se esfuerza todos los días es capaz de superar adversidades —comentó entre bocado y bocado.

Las mujeres de ese comedor lo invitaron luego de que, por medio de su oficina de enlace, Jorge Carlos les ha enviado carne y víveres para ayudarlas con la comida.

—En estos tiempos difíciles nos preguntan ¿qué hay que hacer? La respuesta es muy sencilla: seguir el ejemplo de ustedes, apoyar este tipo de obras; eso es lo que deben hacer las autoridades y por mi parte, saben que cuentan con todo mi apoyo —dijo.

El senador se retiró el cubrebocas en medio de los aplausos de las mujeres, luego de aceptar la comida. El frijol colado parecía gustarle más que el arroz, dijeron ellas.

—Que la gente no se quede sin comer, que no caiga en la desesperación, esa es la prioridad. Ustedes empezaron esto y estén seguras de que no se va a cerrar, al contrario, las vamos a seguir apoyando para que lo tengan abierto permanentemente —comentó.

El senador Jorge Carlos Ramírez Marín saluda a las mujeres en un comedor comunitario en la Unidad Morelos

Las mujeres decidieron reabrir ese comedor en tiempos de pandemia, desempleo y falta de recursos económicos. Hay muchas personas vulnerables, por eso lo hicimos, precisaron y añadieron que aun cuando la actual administración dejó de apoyarlos, utilizaron recursos propios para elaborar raciones de comida todos los días para ofrecerla a precios módicos y a veces gratis a familias que no tienen dinero para un plato de comida.

El comedor está ubicado en la calle 13 Poniente No. 204 entre 5 y 6-Sur de la Unidad Morelos. Amira Silva, una de las vecinas, dijo que no solo acuden familias de la colonia sino de otros lugares, y explicó que la ración de comida la ofrecen a 25 pesos.

—A mí me encanta cocinar y ayudar a la gente que más lo necesita, por eso lo hago de corazón —dijo Lourdes Bermejo Solís, propietaria de la casa y cocinera. Las personas llevan sus recipientes para recibir la comida para llevar y cuidan todos los protocolos sanitarios.

Debido a que sus recursos son limitados, estas mujeres habían fijado hasta diciembre para sostener el centro de apoyo alimentario.

Pero ahora que el senador Jorge Carlos las respaldó para continuar esta obra social y ayudar a más familias del sur de la ciudad, dicen que seguirán por mucho más tiempo. Y, viéndolo entrarle a las tortitas de carne reflexionaron por qué le dicen “El Gordo” Ramírez Marín.