Por Rafael Gómez Chi
Walter Salazar Cano renunció al Partido Revolucionario Institucional enviando una carta al presidente nacional Alejandro Moreno Cárdenas en la que acusa a la actual dirigencia estatal de haber degradado al tricolor “a niveles inimaginables”.
Señaló duramente a Francisco Torres Rivas como el responsable de “destruir y no construir, dividir y no sumar, privilegiar los intereses de unos cuantos por encima de los intereses del partido”.
“Hoy se reparten el botín del naufragio para satisfacer sus intereses personales, en vez de generar certidumbre y ánimo a su militancia”.
El problema de Salazar Cano es su tremenda desmemoria. Pero aquí le vamos a refrescar unas cuantas cosas.
En el 2015 era Secretario de Organización del Comité Directivo Estatal y era el encargado de la operación política para sacar las candidaturas en los municipios.
Varios priístas no olvidan que quien se encargó de degradar al PRI a “niveles inimaginables” es Walter Salazar al “vender” candidaturas municipales siendo Secretario de Organización en ese año. Tenemos fuentes bien precisas que recuerdan que dependiendo del municipio la cantidad oscilaba entre 200 mil y 300 mil pesos.
También se recuerda la denuncia pública del vallisoletano Limbergh Santoyo Arzápalo en contra de Salazar Cano en la que lo señaló como una persona deshonesta que siempre utilizó al PRI para obtener beneficios personales.
Salazar Cano sabe que sus “acuerdos” económicos se supieron cuando en un municipio llamaron a cuentas al candidato en aquel entonces y le dijeron que respete los acuerdos de darle espacios a los diferentes grupos políticos. Entonces esta persona dijo que ya le había entregado una fuerte suma de dinero a Salazar Cano para que lo dejen operar como le diera la gana. El alto mando priísta en esos años ordenó que arreglaran el asunto antes de que llegue a oídos de la prensa.
Santoyo Arzápalo le recordó a Salazar Cano lo siguiente: “Te tengo un mensaje Walter, te esperan en Tekax, para que aclares un posible desvío de recursos donde fuiste delegado político en la pasada contienda electoral. Yo ni he vivido de la política como tú, ni me manejan para declinar de algún proyecto como lo hiciste cuando suspirabas ser dirigente estatal”.
Un distinguido priísta comentó a La Ciudad de la Lujuria que Salazar Cano es una “caricatura de chantajista y extorsionador de la política, vulgar merolico vendedor de espejitos heredero de esas malas mañas de su padre, el tristemente recordado Severino Salazar”.
Huelga decir que una vez que se enteraron en la Casa del Pueblo de la renuncia de Walter el aplauso fue unánime, que hasta mandaron por chicharra y unos misiles para festejarlo.