Por Redacción
Ciudad de México, 3 de octubre de 2025.- En la ciudad que respira historia y bullicio, esta mañana el Palacio de los Deportes se transformó en un santuario de aromas, colores y ecos de otro tiempo. Fue allí donde Yucatán, con su corazón maya palpitante, abrió sus puertas a la capital del país, dando inicio a la Semana de Yucatán en México. El Gobernador Joaquín Díaz Mena, flanqueado por la titular de Turismo nacional, Josefina Rodríguez Zamora, pronunció palabras que resonaron como cantos ceremoniales en la gran nave del recinto.


“Queremos que México nos acompañe en este viaje porque cuando prospera, México se levanta”, proclamó, mientras evocaba la piedra dorada de Chichén Itzá, la blancura de Mérida floreciendo entre memorias, la costa teñida de rosado por los flamencos y los espejos sagrados de los cenotes. El aire parecía impregnado del humo ritual del hanal pixán, del crujir de las jaranas y del eco de los mayas que, desde su raíz antigua, reclaman un renacimiento.
Y ese renacimiento —dijo el Gobernador— es un puente entre ancestros y futuros, un pacto para que la prosperidad sea compartida y que la desigualdad no sea destino sino desafío. Felipe Carrillo Puerto fue invocado como espíritu guía de esta travesía hacia un Yucatán en movimiento.
Desde hoy y hasta el 12 de octubre, más de 270 expositores y 151 stands tejen un tapiz vivo de cultura: sabores que huelen a lechón al horno, cochinita pibil y panuchos; textiles que cuentan historias en guayaberas y bordados mayas; artesanías que parecen hablar en lengua ancestral. Doce mil manos de artesanos alzan su oficio frente a los ojos del mundo, mientras los acordes de Armando Manzanero preparan un homenaje al hijo predilecto de la tierra.




Se espera la llegada de cien mil visitantes, todos convocados por esta ciudad dentro de la ciudad. Una semana que se anuncia como un abrazo entre la nación y el sureste, como un poema vivo donde Yucatán no solo se muestra: se ofrece, se canta, se renueva.