Por Rafael Gómez Chi
A María Tirza López la echaron de su casa desde el pasado 23 de agosto por María Guadalupe Candila Duarte y los policías de Kanasín y desde ese día no ha podido volver a su domicilio, a pesar de ser la legítima dueña del predio.
Intentó volver a su casa a las 24 horas de que la sacaron pero el 29 de agosto a las once de la mañana Candila Duarte y esta vez policías de Mérida la echaron de nueva cuenta.
El predio se localiza en la calle 78 B por 77 y 83 de la colonia Ampliación Cerrito Mulchechén. Hay energía eléctrica, alumbrado público, pero no tiene calles pavimentadas y está rodeado por el monte. Tirza vive ahí desde el 2008. Fue la segunda en llegar ahí. El primer vecino fue Clemente Cervera.
Eran terrenos ejidales, pero la señora posee documentación que la acredita como legítima propietaria. El Cronista Yucatán constató que es la dueña e incluso que ya tiene puesto una demanda y un juicio de amparo para poder volver a su casa.
Pero no puede. Hay varios policías de Kanasín que se la pasan amenazándola. “Si te vuelvo a ver en la calle por acá te voy a romper la madre”, le dicen los agentes que supuestamente son para cuidar a los ciudadanos.
En una esquina de la calle 78 B, bajo la tenue luz del alumbrado público, Tirza cuenta al cronista que de la nada fueron a echarla de su casa. “No conozco a esa señora y ni siquiera sé donde trabaja”, dijo entre sollozos mientras observaban su hija y su hijo.
“Ahora estoy viviendo en casa de mi hijo, tengo puesto mi demanda, pero nadie me ayuda. Primero me sacó con ayuda de la policía de Kanasín y luego con los de Mérida. Son unos señores que invaden terrenos”, dijo la afectada.
“Los policías vienen y me dicen que si me ven en la calle intentando regresar a mi casa, me van a golpear. Me amenazan. Vivo con terror. Y con tristeza e impotencia…. ¡vinieron a sacarme con mis hijos, mis perros, mis borregos!”.
Relató que las noches le parecen largas desde que la echaron de su casa. “Uno llama al 911 esperando ayuda, que me vengan a defender porque es mi casa, pero solo vienen a amenazarme”.
—¿Por qué la sacaron de su casa?
—No lo sé. No sé de dónde viene esa señora. Yo quiero regresar a mi casa y espero que alguien me ayude.
El abogado que ya la está asesorando ha interpuesto una demanda de juicio de amparo que espera ganar. Tirza tiene toda la documentación probatoria de que es la propietaria. Pero es pobre, se dedica a la pepena y no tiene nada más. Ni esperanza parece ya tener.