Un tráiler con droga millonaria pasó filtros en otro estado, pero fue detenido a pocos kilómetros de Mérida.
Por Rafael Gómez Chi
Mérida, Yucatán, 1 de diciembre de 2025.- Un camión de carga blanco salió de Jalisco rumbo a Quintana Roo. En su interior llevaba marihuana, cristal y crack con un valor estimado de 69 millones de pesos. Cruzó todo Campeche sin mayores contratiempos. El viaje terminó cuando entró a Yucatán.

A pocos kilómetros de Mérida, en un punto de revisión. Los binomios caninos marcaron anomalías, se revisó la unidad y el cargamento quedó asegurado. Dos hombres, de 26 y 45 años, fueron detenidos y puestos a disposición de la Fiscalía General de la República.
La pregunta es inevitable:
¿Cómo pudo un cargamento de ese tamaño cruzar todo Campeche y solo ser detenido en Yucatán?
No se trata de idealizar a una corporación y condenar a otra. Los sistemas de seguridad tienen fallas, zonas ciegas y limitaciones. Pero el contraste existe: mismo camión, misma ruta, resultados distintos.

En redes surgieron las sospechas de siempre: “hubo pitazo”, “eso ya venía arreglado”. La desconfianza hacia las instituciones es un síntoma nacional. Sin embargo, hay un hecho concreto: la droga no llegó a su destino. Se quedó en un filtro de Yucatán, en un operativo donde la coordinación y el trabajo de los binomios K-9 permitieron la detección y el aseguramiento.
Aquí entra otro dato que ayuda a entender el contexto: Yucatán lleva años invirtiendo en la formación de su Unidad Canina y en la profesionalización de su policía estatal. Recientemente se anunció que tres elementos K-9 fueron enviados a Texas, Estados Unidos, para especializarse en detección de explosivos y obtener certificación internacional, además de incorporar nuevos ejemplares entrenados a las operaciones del estado. No es un detalle menor: habla de un trabajo de fondo que puede influir en la eficacia de los filtros.
Eso no convierte a Yucatán en un espacio blindado ni a sus corporaciones en infalibles. Tampoco borra errores o posibles abusos que deban investigarse. Pero sí obliga a reconocer que, al menos en este episodio, el sistema funcionó: hubo detección, aseguramiento y puesta a disposición de la autoridad federal.


Mientras tanto, el cargamento que cruzó Campeche sin problema quedó detenido en suelo yucateco. En un país donde demasiadas veces la droga llega a donde tiene que llegar, este caso recuerda algo básico pero clave: cuando hay coordinación, capacitación y filtros que realmente operan, los resultados cambian.
Más allá de los rumores de “pitazos”, la discusión de fondo debería ir en otro sentido: lograr que lo que hoy se detuvo en Yucatán, mañana no vuelva a cruzar “como si nada” ningún tramo de la ruta.