El Cronista Yucatán
Por Redacción
Progreso, Yucatán, 19 de junio de 2025.- Progreso atraviesa una etapa alarmante en materia de seguridad. La ciudad y sus comisarías están sumidas en una ola delictiva que ha despertado el hartazgo ciudadano, mientras el alcalde Erik Rihani González permanece sin ofrecer respuestas claras o acciones contundentes. Su pasividad ante esta crisis ha minado la confianza de los habitantes, quienes ya no se sienten seguros ni en sus propias casas.
Desde que inició la administración de Rihani González, los robos y asaltos se han vuelto recurrentes. Uno de los casos más recientes ocurrió en una agencia aduanal del centro; sería la tercera vez que ese negocio es víctima de robo. Además, se han registrado hurtos en templos religiosos, como el robo de instrumentos litúrgicos en la iglesia de San José y en las capillas de Guadalupe y del Santo Niño de Atocha, lo que refleja una creciente impunidad.
Pese a este panorama, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ha dado resultados en donde el Ayuntamiento de Progreso no da a sus habitantes. Se recuperó una planta de luz robada en Chicxulub Puerto gracias al monitoreo con cámaras; en Flamboyanes, una motocicleta fue localizada tras un reporte ciudadano, y en otro hecho, una familia devolvió objetos robados tras conocer su origen ilegal.
La población agradece la labor por parte de la SSP, pero no quitan el dedo en el renglón en cuanto a la inacción por parte de Rihani González.
La ciudadanía exige medidas firmes y liderazgo real. Mientras el alcalde evade su responsabilidad, la inseguridad continúa erosionando la vida cotidiana en Progreso.
