Por Redacción
Mérida, Yucatán, 9 de enero de 2025.- El flamenco rosado (Phoenicopterus ruber) ha sido durante años un ícono emblemático de Yucatán. Sin embargo, a pesar de su arraigo cultural y su belleza, el flamenco rosado enfrenta desafíos que ponen en peligro su supervivencia. Rodrigo Migoya Von Bertrab, fundador de Niños y Crías A.C., ha alertado sobre el impacto del cambio climático y las actividades humanas en esta especie.
El activista afirmó que las lluvias intensas y las inundaciones provocadas por el cambio climático han afectado directamente los nidos de los flamencos, dificultando su reproducción. El aumento de la temperatura y los fenómenos climáticos extremos han creado un ambiente hostil para esta especie.
Por otro lado, reveló que la fragmentación de su hábitat representa otro problema. La construcción de carreteras y caminos en zonas de humedales y costas ha interrumpido las rutas migratorias y de alimentación de los flamencos, aumentando el riesgo de atropellamientos.
Mencionó que los tendidos eléctricos también han cobrado la vida de numerosos flamencos juveniles, a pesar de los esfuerzos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por instalar dispositivos de seguridad.
Ante esta situación, las autoridades y organizaciones de conservación han implementado diversas medidas para proteger a esta especie. En la Reserva Estatal Ciénagas y Manglares de la Costa Norte de Yucatán se han colocado letreros de advertencia para reducir los accidentes viales. Además, zoológicos como el Centenario y Animaya en Mérida albergan ejemplares para garantizar su seguridad y reproducción.
El flamenco rosado se distribuye a lo largo de los humedales costeros de Yucatán, desde los Petenes de Campeche hasta Isla Holbox. Sin embargo, su futuro sigue siendo incierto debido a los desafíos que enfrenta su hábitat y a las amenazas que plantea el cambio climático.