Por Rafael Gómez Chi
Ignacio “Nacho” Gutiérrez Solís, un joven abogado de 37 años, heredero de la tradición de pura cepa panista, ha levantado la mano para el IV Distrito.
Nació cuando los panistas iban a vender boletos de la rifa de un automóvil en la Plaza Grande. Vino al mundo cuando en los mítines de las plazas públicas iban diez o doce personas, pero en las urnas les robaban las elecciones. Llegó en una familia panista.
—Yo tenia ocho años cuando en mi casa se hablaba de esa patria ordenada y generosa que ansiaban mis padres.
—¿Y por qué el IV Distrito?
—Creo que el IV Distrito en Mérida tiene una distinción porque se integra de muchas zonas o colonias tradicionales, está el norte pero además tiene 27 comisarías, a diferencia de otros que ya no tienen ese territorio. Y la gente que hoy quisiera competir ahí es porque ya ha trabajado desde Chuburná a San Ramón Norte y no existe al día de hoy alguien que lo haya hecho como yo.
En su análisis, los aspirantes “que salen de última hora, acaban de voltear a ver con cierto oportunismo al IV Distrito. No lo han trabajado y de golpe y porrazo se quieren meter”.
—Es complejo recorrerlo todo, hay que tener un trabajo previo —subraya.
—Es un distrito que lo va a ganar siempre el PAN, pero los últimos resultados nos dicen eso, que hay que trabajarlo duro desde antes, es necesaria una labor que te respalde de muchos años, no de cuatro meses. El panista está acostumbrado a exigir y a dialogar con sus autoridades, han salido dos alcaldes y el gobernador, entonces son panistas que piden presencia, que les contestes el teléfono, el contacto directo, eso no te lo da cuatro o cinco meses, sino años.
—¿Y tú desde cuándo lo estás trabajando?
—Ya llevo 3 años en él, desde antes de la campaña anterior, 2017, 2018 y 2019. Tengo eventos con la militancia, reuniones con los subcomités, intercambio con vecinos, asociaciones con ellos, trabajo comunitario, sacando algunos programas.
El panismo gusta de elegir a sus candidatos y candidatas en convenciones, porque con su participación siente que abona más a la democracia. Sin embargo, con la pandemia del Covid-19 de por medio, una situación electiva de ese tipo se antoja difícil.
—La realidad del panismo es que ansía que haya de nuevo procesos electivos, es lo que espera, es parte de la vida, un proceso en el que puedan tener, no sé si por medio de una convención, pero sí participar. Entienden la pandemia, pero de cierta forma tener el conocimiento de las bases me orilla a pensar en eso.
—¿Ya decidieron en el partido cómo lo llevarán a cabo?
—El partido no ha decido, pero se acerca el proceso electoral, en noviembre inicia el proceso electoral constitucional, vienen las precampañas, procesos internos y los externos.
Pero decidir en convenciones será cosa de la dirigencia y dependerá de las condiciones en cada distrito porque no todos tienen las mismas características. Lo que funciona en uno en el otro no. Y aún si son decisiones cupulares, habrá que mirar los pros y los contras de cada aspirante, sobre todo luego de los resultados del pasado domingo en entidades como Coahuila e Hidalgo.Y si es que quieren mayoría en el Congreso del Estado habrá que elegir mucho más fino entre ellos.
Y el cronista no puede evitar la pregunta:
—¿Qué te deja ser hijo del Negro Gutiérrez?
—Me da una presencia de por vida en el PAN. Desde que tengo uso de razón estoy en el activismo político, me da un conocimiento total dentro de la familia panista, me da un bagaje de trabajo de más de 20 años, donde hemos aprendido a ejercer la política desde todos los ámbitos, luego de haber transitado de un periodo de preparación profesional estamos listos para competir..
Así, este abogado de 37 años, con una Maestría en Derecho Corporativo, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad Marista y miembro de El Colegio de Abogados, ha levantado la mano.